lunes, 13 de julio de 2009

Realidad en el Chaco...

Lean esta nota que recibí por e-mail.
Son solo 5 minutos, tomen conciencia de lo que pasa. Es un genocidio encubierto, desde hace 500 años hasta el dia de la fecha.
Es importante porque, esta provincia envió hace ya un tiempo, una legisladora -hija de un juez- que hoy se esgrime como líder de la oposición. Lo peor de todo es que, fue legisladora por ésta provincia mucho, pero mucho tiempo...ahora me explico porque no la quieren allí...
Argentina - Chaco: Tobas, miseria sin fin

En estos tiempos el Chaco concita la atención de todo el mundo.
Prensa y televisión global vienen a mirar los estragos de la desnutrición que afecta a miles de aborígenes en los bosques que se conocen - ya impropiamente - como El Impenetrable. Mi colega y amiga Cristina Civale, autora del blog Civilización y Barbarie, del diario Clarín, me invita a acompañarla. No es la primera invitación que recibo, pero sí la primera que acepto. Rehusé viajar antes de las recientes elecciones, porque, obviamente, cualquier impresión escrita se habría interpretado como denuncia electoral. Y yo estoy convencido, desde hace mucho, de que la espantosa situación socioeconómica en que se encuentran los pueblos originarios del Chaco, y su vaciamiento sociocultural, no son mérito de un gobierno en particular de los últimos 30 o 40 años (los hubo civiles y militares; peronistas, procesistas y radicales) sino de todos ellos.




Primero nos detenemos en Sáenz Peña, la segunda ciudad del Chaco (90 mil habitantes), para una visita clandestina -no pedida ni autorizada- al Hospital Ramón Carrillo, el segundo más importante de esta provincia. Civale toma notas y entrevista a pacientes indígenas en las salas de Tisiología, mientras yo recorro los pasillos mojados bajo las infinitas goteras de los techos, y miro las paredes rotas, despintadas y sucias, los patios roñosos y un pozo negro abierto y rebalsando junto a la cocina. Aunque el frente del hospital está recién pintado, detrás hay un basural a cielo abierto en medio de dos pabellones. Vidrios y muebles rotos, escombros, radiografías, cascotes y deshechos quirúrgicos enmarcan las salas donde los pacientes son sólo cuerpos chupados por enfermedades como la tuberculosis o el Chagas. Me impresiona la mucha gente que hay tirada en los pisos, no sé si son pacientes o familiares, lo mismo da.




Una hora después, en el camino hasta Juan José Castelli -población de 30 mil habitantes que se autocalifica "Portal del Impenetrable"- la desazón y la rabia se perfeccionan al observar lo que queda del otrora Chaco boscoso. Lo que fue imperio de quebrachos centenarios y fauna maravillosa, ahora son campos quemados, de suelo arenoso y desértico, con raigones por doquier esperando las topadoras que prepararán esta tierra para el festival de soja transgénica que asuela nuestro país.



Entramos -nuevamente por atrás- al Hospital de Castelli, que se supone atiende al 90 o 95 por ciento de los aborígenes de todo el Impenetrable. Lo que veo allí me golpea el pecho, las sienes, los huevos: por lo menos dos docenas de seres en condiciones definitivamente inhumanas. Parecen ex personas, apenas piel sobre huesos, cuerpos como los de los campos de concentración nazis. Una mujer de 37 años que pesa menos de 30 kilos parece tener más de 70. No puede alzar los brazos, no entiende lo que se le pregunta. Cinco metros más allá una anciana (o eso parece) es apenas un montoncito de huesos sobre una cama desvencijada. El olor rancio es insoportable, las moscas gordas parecen ser lo único saludable, no hay médicos a la vista e impera un silencio espeso, pesado y acusador como el de los familiares que esperan junto a las camas, o tirados en el piso del pasillo, también aquí, sobre mantas mugrientas, quietos como quien espera a la Muerte, esa condenada que encima, aquí, se demora en venir.




Siento una furia nueva y creciente, una impotencia absoluta. Le pregunto a una joven enfermera que limpia un aparador vidriado si siempre es así. "Siempre", responde irguiéndose con un trapo sucio en la mano, "aunque últimamente han sacado muchos, desde que empezó a venir la tele". Es flaquita y tiene cara de buena gente: se le ve más resignación que resentimiento. Son 44 enfermeros en todo el hospital pero no alcanzan para los tres turnos. Trabajan ocho horas diarias cinco días por semana y cobran alrededor de mil pesos los universitarios, y menos de 600 los contratados, como ella. Los días de lluvia los techos se llueven y esto es un infierno, dice y señala los machimbres podridos y los pozos negros saturados que revientan de mierda en baños y patios. Y todo se lava con agua, nomás, porque "no tenemos lavandina".



Camino por otro pasillo y llego a Obstetricia y Pediatría. Allí todos son tobas. Una chiquilla llora ante su hijo, un saquito de huesos morenos con dos ojos enormes que duele mirar. Otra joven dice que no sabe qué tiene su nena pero no quiere que muera, aunque es obvio que se está muriendo. Hay una veintena de camas en el sector y en todas lo mismo: desnutrición extrema, mugre en las sábanas, miles de moscas, desolación y miedo en las miradas. Después viajamos otra hora y el cuadro se hace más y más grotesco. Paramos en Fortín Lavalle, Villa Río Bermejito, las tierras allende el Puente La Sirena, los parajes El Colchón, El Espinillo y varios más. Son decenas de ranchos de barro y paja, taperas infames donde se hacinan familias de la etnia Qom (tobas). Todas, sin excepción, en condiciones infrahumanas.



Digan lo que digan, estas tierras -más de tres millones de hectáreas- fueron vendidas con los aborígenes dentro. Son varios miles y están ahí desde siempre, pero no tienen títulos, papeles, ni saben cómo conseguirlos. Los amigos del poder sí los tienen, y los hacen valer. El resultado es la devastación del Impenetrable: cuando el bosque se tala, las especies animales desaparecen, se extinguen. Los seres humanos también. Y aunque algunas buenas almas urbanas digan lo contrario, y se escandalicen ciertas dirigencias, en el ahora ex Impenetrable chaqueño palabras duras como exterminio o genocidio tienen vigencia.


Desfilan ante nuestros ojos enfermos de tuberculosis, Chagas, lesmaniasis, niños empiojados que sólo han comido harina mojada en agua, rodeados de perros flacos, huesudos y ojerosos como sus dueños. Se llaman Margarita, Nazario, Abraham, María y lo mismo da. Casi todos dicen ser evangelistas, de la Asamblea de Dios, de la Iglesia Universal, de "los pentecostales" o "los anglicanos". Involuntariamente irónico, evoco a Yupanqui: "Por aquí, Dios no pasó". Al caer la tarde estoy quebrado, roto, y sólo atino a borronear estos apuntes, indignado, consciente de su inutilidad. Al partir de regreso veo en un caserío un cartel deshilachado por el sol: "Con la fuerza de Rozas, vote lista 651". Y en la pared de un rancho de barro, seguramente infestada de vinchucas, veo un corazón rojo como el de los pastores mediáticos brasileños de "Pare de sufrir". Abajo dice: "Chaco merece más. Vote Capitanich".

A unos 400 kilómetros de aquí el escrutinio final de las elecciones avanza lenta, nerviosamente. En alguna oficina el ministro de Salud de esta provincia seguirá negando todo esto, mientras el gobernador se prepara para ser senador y vivir en Buenos Aires, bien lejos de aquí, como casi todos los legisladores. ¡Nunca antes, el Chaco ni este país me habían dolido tanto.!!!

Anoche el Gobernador, quién le ha ganado la elección al chacarero por amplia diferencia, decía que todo se ha hecho bien en su provincia con respecto al dengue....está todo dicho...

Deren - Chessproduct

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto da verguenza ajena, deberíamos de juntarnos entre todos para ir a trabajar allá, ya que los hd mala madre no hacen lo que tienen que hacer
Saludos
Julio de Ramos

Anónimo dijo...

Está bien, Carrió es chaqueña y no hizo nada por nuestros compatriotas, ¿es la única?, ella sola es la culpable que ésta gente esté así?? o son, o mejor dicho somos todos los culpables, ¿que hacemos que para reparar éste genocidio???

Abel Lisman dijo...

Me partió el alma lo que leí. Lo más lamentable es que la realidad es mucho más lamentable y dolorosa que cualquier historia de ficción que pueda inventarse.
Creo que el único modo de evitar el exterminio de nuestros hermanos chaqueños es la educación y manifestación pública de lo que pasa en la provincia. Lamentablemente, dudo que sea el único sitio en el que pasan cosas de esta índole y nadie llega a enterarse.
Gracias por darle la oportunidad a internet de leer esta cruel e inmortal pesadilla indígena y argentina. Ojalá el panorama cambie para dentro de algunos años porque no puedo estar tranquilo sabiendo que hay tanta gente que se muere con tal normalidad.
Saludos, ABEL

Anónimo dijo...

Chess:
Vos tenés la capacidad de hacernos reír o darnos terrible tromapada como con esto.
creo que es obligación de todos hacer algo por esta masacre porque son hermanos argentinos y nadie va a hacer algo por ellos sino empezamos.
Por otra parte, tené cuidado porque entré en más de una oportunidad para darlo a conocer y vi que han cambiado algunas frases o letras. Se ve que alguien que se siente tocado, tiene forma de acceder a la configuración del block
Saludos Irma de Mendoza

Anónimo dijo...

Hay cosas que coinciden flaco, la propuesta que dijo ganar el 28 de junio propone pobreza de verdad.
Viendo esta nota de la provincia del Chaco, donde la Gorda HDP fue legisladora tanto tiempo, hija de un juez, convoca genocidas, alienta asesinos con Chemes,confirma la hipótesis que vienen llegaron para dejarnos pero que en el 2001.
Llegan para empobrecernos, para robarse todo, para vender el país, pidieronm diálogo 50 meses y cuando se los convoca se van de vacaciones.
Argentina está perdida
La juventud está perdida, no tienen cerebro ni se preocupan por tenerlo.
Esto nos dejaron, que se jodan, van a aprender que no tienen que boludear con las elecciones
Saludos flaco y felicito tu coherencia

Raul Fontana

Anónimo dijo...

Sr:
Este artículo entumece la médula. Soy un asíduo lector de cosas de internet y está infestada de escoria opositora.
Como decía Luppi, en 6 anos de los K nada se hizo bien?
Esta es una muestra, Capitanich en Chaco, después de décadas de abandono, trabajó como nunca en obra pública con agua potable y cloacas.
Aunque parezca mentira, es la absoluta realidad, agua potable y cloacas. La lacra radical (ahora no dialoguista) no solo nunca hizo nada sino que se valió de esta pobre gente para llegar a barrio norte, es imperdonable.
Gracias a Dios, este sitio tenemos forma de identificarnos y no sumamos a través del anonimato subersivo opositor que empieza a azotar América.
Mis respetos Sr.
Javier Federico Alvear